Por un momento, por un instante baja el escudo, ese telón de acero, deposita tu espada, qué crees que te protege.
La obscuridad que crees ver, puede ser que sólo sea un obstáculo autogenerado por miedo a deslumbrarte de la Luz intensa y eterna que te concibe y en consecuencia en todo lo que percibes.
Ese obstáculo, ese escudo, solo es una ilusión, no es verdad, no es real, es una creencia que deja de ser una certeza.
Atrévete ha prescindir por un instante de ese telón, y que la Luz refulge brillando en tí, experimenta que se siente.
Deja que todo lo que estés viviendo te viva.
Ábrete a recibirte a ti misma/o, desde la máxima expresión y totalidad que eres.
Y sacia ese anhelo que hay en tí, (cómo en todos ), de conocer y experimentar el AMOR que eres hacia ti mismo/a.
Sólo se puede experimentar en este instante, en este ahora, sin duración, sin pensamientos, sin límites,...
Esta experiencia solo tiene lugar en tí.
Vuelve a experimentar y a vivir ser todo aquello que en algún momento desechaste de tí.
La Esencia de la Vida.