Cuando en una situación no creemos que la solución y el problema está en el mismo lugar.
Puedes darte cuenta al observar que al trasladar el problema a otro lugar perpetuas la situación y el problema, que siguen yendo juntos.
Tal vez lo que no damos es lo que puede faltar en cualquier situación.
Si observamos la situación y sentimos la fe que hay en ella el problema desaparece.
Tú fe hace que en todo momento estés en reposo como la ola reposa en la fe del océano.
Date cuenta que cada situación en la que te encuentras solo es el medio para relacionarte contigo mismo.
Deja que la verdad de cualquier situación sea lo que es, deja de intervenir, de interpretarla bajo tu pensar de lo que eres, deja de atacarla, deja de interrumpir su llegada, permite que acoja con su luz cada situación y ello te haga sentir la calma y la paz.
No se te pide que tengas fe ya que la verdad no pide nada, esa Verdad siempre es verdad. Así que déjala entrar, irá acompañada de la fe que puedas necesitar para asegurarse de que dispongas del reposo y el gozo de ser una con ella.
Deja de pensarte.
Tal vez es que todos los problemas que creemos tener, ya se han resuelto y nos hemos excluido de la solución.
JLL.
La Esencia de la Vida.
