jueves, 21 de febrero de 2019

Un eterno instante de inocencia.

Tan solo por un día, observa todo lo que está sucediendo en esta idea de diseccionar la eternidad llamado día y asume que * No entiendes nada de lo que ocurre.*
Puedes cultivar el permiso a que nada es entendible, observa y cultiva esta idea en tu mente; *Nada de lo que está sucediendo en este fragmento de la eternidad lo puedo entender.*

Permitete que cualquier escena a la que te expones no  tiene un entendimiento, ni una razón por la cual suceder o ni un porqué,  incluso  ni un para que...

Permitete darte cuenta de...¿quién es el que necesita un entendimiento de cualquier escena a la que te expones?... ya sea una relación, una enfermedad, un acontecimiento, un encuentro, un desencuentro, una mirada, una caricia, unas palabras, una situación, un saludo...

Puedes permitirte tan solo por este fragmento de eternidad, sentir **Que No Entiendes Nada**
Este instante en el que estás viviendo, esta experiencia es totalmente  inocente, fuera de cualquier entendimiento, nunca conocida, solo dándote la invitación a conocer.
Puedes permitirte descansar en este no entendimiento.

¿Puedes Gozar de la Inocencia de toda escena a la que eres invitada?

Observa, respira la inocencia en la que todo ocurre, no hay nada que puedas entender, no hay nada conocido y si por conocer.

Tan solo hay una idea que  le busca un entendimiento a todo lo que existe como creación y esa idea  solamente lo interpreta bajo algo ya pasado, algo que ya dejó de existir cuando dejó de ser presente. Intentando llevar a la razón.

Incluso puede abrir el sumario en busca del entendimiento más escabroso que pueda ser encontrado.

Todo para darle su propio entender.
Tú no eres esa idea, ese pensamiento.
Incluso nunca existió, solo fue una ilusión, una fantasía, llamada ego.

Reconoce por un solo instante que nada que has vivido, nada que estás viviendo, nada que vivirás, puedes entender.
Tan solo has sido y eres la experiencia en ese suceso.
Solo puede ser conocida la  experiencia, como cuando por primera vez de niño  sentado en la orilla del mar,  una ola sumerge partes del cuerpo, cuando sientes por primera vez las caricias de las gotas de lluvia sobre el rostro.
Siendo todo el  conocer de la verdadera inocencia.
Una inocencia que solo encaja en este eterno instante.

J.LL

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